“Recuerdo, hace tres años, después del grito de la independencia – el 15 de septiembre – se cayó un edificio muy largo en la Colonia Guerrero. Se cayó a la mitad. Estaba una señora en silla de ruedas junto a su nieta. La muchacha notó que del techo empezaron a caer piedritas y polvo, reaccionó de inmediato, tomó a su abuela y salieron del cuarto. Justo en ese momento, esa parte del edificio se cayó solo”.
Esta anécdota la reseñó el arquitecto Iván Salcido, durante su charla “Terremoto 1985, la ciudad que se nos fue”, que tuvo lugar en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco el pasado 11 de septiembre, en el marco de las actividades organizados por esta institución en conmemoración de las tres décadas del terremoto de México.
En la ciudad de México, aún pasados 30 años, se perciben las cicatrices de esa tragedia que enlutó a la población. “Como arquitecto me llamó la atención cómo cambió la ciudad después del terremoto. En los espacios vacíos que se consiguen hoy día subutilizados como estacionamientos había antes un edificio, gente viviendo ahí..”.
Y así como espacios destinados actualmente para los automóviles, o incluso algunos fueron expropiados y desarrollaron un parque o una plaza, de vez en cuando se pueden conseguir reseñas en los medios de comunicación sobre edificios o casas que sin necesidad de un movimiento telúrico se vienen al piso prácticamente de “manera espontánea”.
Salcido explica que, tras el evento de 1985, muchas personas abandonaron sus viviendas ubicadas en las colonias más afectadas. Si bien no se habían caído el inmueble, el miedo los llevó a buscar otros lugares habitacionales. Algunas de esas edificaciones “- de muchos años – afectadas por la humedad, o que fueron dañadas tras el sismo y nunca las arreglaron, o bien tuvieron un mantenimiento nulo…” colapsan solas. “Yo no se cuantos edificios habrán así actualmente”. Lo preocupante es que esas viviendas “vulnerables” con el tiempo fueron ocupadas por personas sin hogar.
Estructuras que, contra pronóstico, se mantuvieron casi sin rasguños
Pero en el otro lado de la moneda, edificaciones mucho más altas o mucho más bajas de las que sufrieron el sacudón del 85 se mantuvieron incólumes a pesar de las creencias colectivas. ¿Qué fue lo que pasó?
“Mucha gente habla de que terminaron siendo más fuertes los edificios coloniales, que los de la zona de la Roma, porque tenían muros más gruesos, o mejores materiales. Realmente no salieron afectados por su la altura. Su período de vibración con respecto a su tamaño no les afectó en nada con el movimiento del suelo, fueron los edificios más grandes los que se cayeron”, señala el experto.
Entonces ¿Cómo los “rascacielos de aquella época resistieron estoicos? Por ejemplo: La Torre Latinoamericana, La torre Pemex, Hotel de México.. con más de 40 pisos cada uno.
“Ellos son tan altos que están muy alejados del período de vibración del suelo. Sus valores son totalmente opuestos”, señala Salcido. A que lo lleva a contar otra anécdota: “La Latinoamericana de Seguros tenía un edificio pequeño y deciden hacer uno que sea el símbolo de La Aseguradora – que además fue el símbolo de la ciudad -. En ese momento, estamos hablando de principios de los 50, el proyecto es diseñado por el arquitecto Augusto Álvarez quien hace equipo con Leonardo Zeevaert, – un ingeniero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) -. El diseño original era de 22 pisos, estéticamente muy similar al actual. Zeevaert hace unos estudios del subsuelo y tras hacer los cálculos respectivos dice que ese edificio a esa altura va a tener el mismo período de vibración que el subsuelo, si lo construyen así se va a caer, o lo hacen más bajito o más alto. Es así como de 22 pisos lo llevaron a 44, y es la torre que hoy día conocemos”.
Antes y después del 85
Sin duda alguna, hubo antes y un después del terremoto de México de 1985. Las normas de construcción estaban “medidas” de acuerdo al episodio anterior en 1957, el cual tuvo una escala de 7.9. Y aunado a esto, también se constataron errores humanos que aumentaron las edificaciones colapsadas. Después del sismo de hace 30 años, casi de manera inmediata salieron las Normas de Emergencia en Materia de Construcción para el Distrito Federal. Se han generado estudios y revisiones en cuanto a los cálculos estructural para una mayor resistencia y seguridad, así como los tipos de edificaciones según tipos de suelo… Pero como repite una y otra vez Iván Salcido, “es necesario mantener siempre una cultura de prevención”, que va desde que los expertos en el área de construcción se mantengan actualizados en cuanto a los avances en materia sísmica; fortalecer los grupos de rescate y emergencias; como concientizar a la comunidad en cuanto a protocolos de seguridad para saber como reaccionar ante una nueva sacudida de la tierra.