En la esquina de Luz Saviñón con Juan Sánchez Azcona, en la Colonia Narvarte, se ha ido estableciendo un punto comercial-gastronómico – y de encuentro – interesante. Un espacio donde se consiguen: productos orgánicos, cerveza artesanal excelente, preparaciones sinaloenses con un toque muy alegre, hamburguesas con aderezos especiales, así como un buen café.
El primer local que conocí fue el “Beer Bros”. Un espacio pequeñito – con sólo 4 mesitas de dos puestos la mayoría – pero con una buena selección de cervezas nacionales e importadas de elaboración artesanal; atendido por sus propios dueños.
Octavio casi siempre se encuentra detrás de la minibarra, atendiendo a la fiel clientela. El mismo día que lo conocí lo rebauticé “Rocktavio”, ya que no sólo se encargaba de ser el bartender, sino que desde su equipo celular – conectado a unas bocinas– también estaba a cargo de la música del local. Se nota que le encanta el pop-rock inglés, pero siempre que vas te puede sorprender con un poco de jazz, blus, rock progresivo… todo depende del ánimo con que se encuentre; e incluso, en algunas oportunidades, consiente a los asiduos del lugar complaciéndolos con algunas peticiones musicales.
Lo acompaña su primo Arturo quién está menos tiempo detrás de la barra – es difícil por el tamaño para que estén dos personas – pero igualmente te da buenas recomendaciones sobre las “chelas” sin quedarse sólo en los detalles de cada una, también te brinda comparaciones con relación a otras cervezas y te da más contexto sobre su origen, productores, propuesta, entre otros. Ambos hacen un buen engranaje.
“Estamos por cumplir tres años aquí” me cuentan Octavio y Arturo. “Comenzamos el 27 de octubre de 2012, prácticamente igual que el local de al lado – de abarrotes –. Somos tres primos que decidimos iniciar este espacio”. El tercer integrante de Beer Bros no lo he conocido aún y por lo que me cuentan va más esporádicamente.
“Después de nosotros abrió la peluquería” agrega Arturo. A mi parecer es el único punto que desentona con el movimiento que se está desarrollando ahí, pero los primos me indican que no, que aunque su ramo no es el de la gastronomía se ha adaptado muy bien al lugar. “Luego, en septiembre del año pasado abrieron los negocios del ceviche y las hamburguesas. Finalmente, ocho meses atrás, se integró el del café”, señalan.
Cuando abrieron las puertas de Beer Bros el ambiente de la esquina era otro. “Donde está el local del ceviche era antes una venta de paneles solares, y en el de las hamburguesas había un restaurante de comida española”, cuenta Octavio. “Al restaurante iba gente pero no tanta como la que ahora viene por aquí actualmente. Bueno, iba a otro público y más caro también.”
Pero desde hace un año aproximadamente esta esquina se ha ido transformando en un punto comercial más movido, donde prevalece la camaradería entre los que atienden en los distintos negocios, colaboran entre sí y se hacen publicidad mutuamente.
Por ejemplo, si estás en Beer Bros y deseas comer puedes ir a saludar a los muchachos “Guasavenses” – de Sinaloa – a pedir un ceviche o un aguachile bien fresco preparado al instante, y ellos mismos te lo llevan para acompañarlo con una buena “chelita” ; o viceversa, Octavio o Arturo se encargan de llevarte la “sagrada” bebida hasta el lugar del ceviche. Igualmente ocurre con los del local de las hamburguesas. E incluso consigues la carta del café en la barra de la cervecería.
Para mi, desde que los conocí hace mes y medio, prácticamente se ha convertido en un ritual el ir al menos una vez a la semana a saludar a los primos de Beer Bros, tener una buena conversa con ellos, saborear buenas cervezas acompañada de un buen ambiente musical. Bien dice el volante publicitario que entregan: “Beer Bros. ¡Bien sabes que sabe bien!”, y agrego yo: ¡Y la pasas bien!.