En el mercado de Chacao el puesto número C-18 es el de Joel Armando Ferrer. Quien luego de 47 años trabajando allí ha ganado cierta fama entre los vendedores, los proveedores y los compradores asiduos del lugar. Si no lo consiguen, basta con preguntar al llegar al mercado y seguro alguien le señalará el puesto de Joel, quien además de ofrecer especial atención a cada uno de sus clientes no olvida nunca sonreír. Tampoco falta una que otra recomendación, siempre aderezada con algún comentario pícaro.
Los productos que ofrece, catalogados por él como “exóticos”, lo convierten en un punto obligado del mercado. Además, es para él un orgullo hacer saber a su clientela que todos son cultivados en Venezuela, aunque muchos crean que no. Flores de calabaza, chalotes criollos, catigüire, quimbombó, mandarina sapo, espárragos, repollo chino, pepino chino, zucchini italiano, colinabo, vainitas japonesas (que llama teriyaki), entre muchos otros vegetales, según la temporada, pueden conseguirse en su puesto. La mayoría son arrebatados de sus manos a las pocas horas de haberlos organizado en el mostrador.
Las hortalizas que vende provienen de El Junquito, Mérida, Aragua y Barquisimeto. Las distancias no son una limitante y trae productos de todos los rincones de Venezuela, como por ejemplo el chalote criollo, que viene de Güiria, del cual tiene su propia anécdota: “Recuerdo que una vez escuché a un chef venezolano bastante famoso diciendo que eso no se daba aquí, y yo no hallaba como decirle que ¡claro que sí!, que eso se da silvestre en Güiria”. Sigue contando, “…el chalote sólo se daba en oriente y la gente lo usaba mucho, aunque luego se perdió un poco la tradición. En una oportunidad conocí a una amiga a través de su cuñado -ella es de Güiria- y me dijo que lo iba a sembrar para traerme al puesto, y así lo hizo. Sembró como 50 kilos a ver si se daba… ahora resulta que no sólo me vende a mí, sino también a grandes supermercados de Caracas”.
Explica Joel que ofrece estos productos, en gran parte debido a “Vitico Bonito”, su antecesor en el mercado con la venta de estos frutos. “Él traía frutas venezolanas exóticas que nadie más traía… le decíamos Vitico Bonito porque era chiquitico y peleaba mucho. Él murió hace mucho tiempo… nos hicimos amigos y con él aprendí y conocí sobre esas hortalizas y frutas… además le preguntaba a los campesinos y todavía les pregunto”.
El zar de las hortalizas, como lo llama Oscar Val, administrador del Mercado de Chacao, cuenta que comenzó en el mercado cargando bolsas, arreglando el puesto de un italiano y limpiando tomates, cuando apenas tenía siete años. “Comencé a trabajar porque estaba limpio y siempre me gustaba tener en el bolsillo así fuera 100 bolívares”, dice. Pero ese oficio sólo lo hacía los fines de semana, porque de lunes a viernes estudiaba; aunque confiesa que algunos martes “se jubilaba” para ir a trabajar al mercado y “tener real en el bolsillo”.
Hoy día, Joel trabaja desde altas horas de la madrugada. Sale muy temprano a comprar las hortalizas, llega al mercado a las 2 am, duerme un poco hasta que abren el mercado y a las 4 de la mañana ya está preparándose para brindar un excelente servicio cargado de buen humor. Entonces empieza el desfile de clientes, entre los cuales se cuentan algunos reconocidos chefs, como Héctor Soucy, Mercedes Oropeza, Eduardo Castañeda e incluso algunas personalidades de la televisión. “¡Muchacha! Por este trabajo conozco mucha gente. El tipo que vende más aquí soy yo y he despachado a grandes restaurantes, y todavía sigo”, dice Joel, mientras sigue atendiendo su puesto.
Por: Leonor Pardo / Entrevista publicada en el boletín “El Guayabal” # 4 (julio 2010) del Restaurante La Guayaba Verde