La física y artista colecciona diversos objetos que muchos considerarían desechos y les da una nueva vida a través de un interesante trabajo de composición artístico denominado ensamblajes
Coleccionista de objetos como caracoles, piedras, metales, madera, entre otros, es como se define Andrea Calzadilla. Reconoce que nunca se imaginó que algún día estaría haciendo exposiciones y que sus obras, como la que en este mes de mayo expone en el restaurante La Guayaba Verde, las comenzó como un proyecto personal para ordenar y separar sus diferentes colecciones.
Con una formación científica, ya que realizó sus estudio universitarios en la Escuela de Física y Matemática en la Universidad Central de Venezuela – con una mención en Astronomía -, desde muy pequeña recibió una formación artística en el seno de su hogar, ya que es hija del prolífico poeta, pintor y crítico del arte venezolano Juan Calzadilla, y de alguna u otra manera siempre ha estado cercana al mundo cultural.
“A mi siempre me ha gustado coleccionar objetos, es más, de pequeña coleccionaba estampillas. Y después de tener muchos caracoles y piedras; porque cuando uno empieza a coleccionar empieza a acumular; pues llegó el momento que no hallaba como ubicar los objetos, además que no quería que se me mezclaran. Los separaba y trataba de colocarlos en lugares diferentes. Hasta que un día me tropecé con una caja de divisiones que llaman de coleccionista, y empecé a organizar todo ese material”. Así relata Andrea Calzadilla sus comienzos en esta técnica llamada Ensamblajes.
Comenta que de esta manera surgieron tres o cuatro cajas caseras que hizo para guardar sus cosas, y cuando su padre las vio la orientó y aconsejó sobre cómo podía organizarlas mejor y así darle un giro distinto al de una simple utilidad práctica, y le insistía que hiciera una exposición. Hasta que finalmente, surgió en el año 2.000 “Formas fractales: la imaginación de la naturaleza” que exhibió en el Museo de Bellas Artes y en la Universidad Simón Bolívar.
Actualmente no sólo usa cajas de coleccionista como soportes para sus colecciones, sino que un día observó que con las patas de una silla podía emplearlas como marco de una base para organizar sus objetos, con lo que comenzó otro giro en sus búsquedas y comenzó a recoger madera (como escaleras, ventanas, puertas) que conseguía desechadas en la calle.
“No tienes idea de la cantidad de soportes que te van llegando o que vas haciendo con lo que te consigues”, comenta Calzadilla. “Con esto comencé a armar toda una estructura, una idea. Y algo muy importante es que el soporte, lo que uno se consigue, va definiendo lo que uno va a trabajar”. Y de esta manera surgieron diversos proyectos con ruedas de bicicleta, puertas o ventanas.
Estos proyectos de ensamblajes han brindado a Andrea variadas anécdotas, como por ejemplo los regaños de sus hijos porque consideran que ya tiene muchas cosas: “a veces vamos en el carro y veo una cantidad de madera botada y no me aguanto y tengo que parar, y pelean conmigo porque las maletas del carro siempre están llenas de mucha madera que recolecto”, confiesa alegremente la artista. “También que mi mamá, mi papá o mis amigos me guardan objetos como cajas pequeñas, piedras u otros soportes que están seguros me pueden servir, por lo que termina siendo un trabajo colectivo”.
No tiene un objeto predilecto de colección, comenta que en relación a las formas naturales ya tienen una estructura muy linda; y con relación a los objetos metálicos, que pueden estar gastados o con ciertas torceduras, le brindan mucha textura y eso los hace muy interesantes. “Siempre hay un compendio de formas, colores y de texturas”, dice.
“Hay una sensación muy interesante cuando trabajo una colección de objetos: voy ubicando y tratando de darle una composición, cada ventanita no es colocada al azar, y cuando coloco una ramita, o un objeto, y me encanta como se ve ahí, siento que encontré un lugar para ese material que conseguí en el piso. Es como darle vida nuevamente”
Andra afirma que ve mucho al piso, que es muy observadora, que está acostumbrada a recoger y a buscar. Aunque está conciente que llega un momento que debe parar porque “ya tiene suficiente”. Pero asegura, que esas cosas que se consigue, esas piedritas, semillas o maderas con las que se tropieza en el camino “son como pequeños tesoros que uno rescata y que se pueden revalorizar, dándoles otra vida”
Ensamblajes en La Guayaba Verde
Desde el pasado 28 de abril, el restaurante La Guayaba Verde, alberga una muestra de Andrea Calzadilla, compuesta por 20 ensamblajes realizados con diversos objetos: piedras, semillas, caracoles, ramas, especies, así como desechos de herrería. La mayoría de los soportes utilizados son realizados con sillas, ruedas, puertas y ventanas abandonadas – varias de ellas fueron recolectadas de los vestigios que quedaron del deslave de Vargas -. Y como parte de la muestra, hay una serie realizada combinando dibujos y pinturas de Juan Calzadilla.
Por: Leonor Pardo / Entrevista publicada en el boletín “El Guayabal” # 3 (mayo 2010) del Restaurante La Guayaba Verde