Yo soy el rey quien decide

El 7 de agosto recuerdo haber colocado en mi muro de facebook una gráfica que tomé de un post de La Escuela De Ciudadanos.

Hoy, luego de una reunión con unos vecinos, volvió a mis pensamientos la gráfica de ese día, esta vez no era el ciudadano botando basura, sino el mensaje que me dejó: para cambiar nuestra sociedad, para que se logre la comunidad que queremos, debemos comenzar con cambiar nuestra actitud, que respeten nuestros derechos como ciudadanos, pero también cumplir con nuestros deberes.

¿Por qué decidir sobre otros por “mostrar que hacemos cosas”? ¿Dónde queda la participación? ¿Dónde queda la consulta pública?… y lo peor ¿Dónde está la comunidad de vecinos haciendo valer sus derechos?

Muchas veces por actuar de buena fe y querer hacer  cosas buenas por la comunidad nos saltamos el participar y consultar.  Creemos tomando acciones sobre “mejoras de nuestro edificio” de manera apresurada es una manera de hacer notar que el grupo trabaja, desatendiendo o descuidando trabajos primordiales que atender….

Nada fácil tratar de hacer entender a un grupo de vecinos,  con muy buenas intenciones, que antes de ejecutar una acción que implica modificaciones de una propiedad, o que efectuarla significa costos importantes que se verán reflejados luego en las cuotas que cada familia ha de pagar, deben consultar al colectivo; y cuando haces la observación te tildan de que “uno es quien pone la tranca en el camino y así no se termina haciendo nada”.

Yo prefiero que se tarden un poco más las cosas pero que sea la misma comunidad quien decida sobre un bien que es de todos (no sólo mío)…. creo que en eso se basa la democracia ¿No?

Una junta de vecinos hoy en día es un reflejo en miniatura de lo que vivimos en el país: “querer demostrar que uno mea más que el otro”, “señalamientos de otros y no evaluación de uno mismo”, “pegados en el pasado y no enfrentar los errores actuales”, “divisiones estúpidas de si estás con este o con aquel”.

Una comunidad no se construye así.  Se debe oír y respetar la opinión del otro aunque no estés de acuerdo…. entender que la democracia (incluso en los pequeños espacios) toma tiempo y requiere de la participación – que es muy distinto al “te participo que”-, dejar de buscar culpables y más bien generar soluciones.

Definitivamente, nos falta mucho por aprender, mucho por cambiar, para lograr mejores prácticas en nuestras comunidades que además logren – poco a poco – cambios importante en nuestra sociedad, en nuestra ciudad, en nuestro país.

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